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Cali, Colombia
Caminar es algo más que salir a la calle, puede ser leer, sentir, pensar, soñar. A veces sentarte tranquilamente a escuchar el canto de los pájaros en un lugar apacible. Otras salir movido por tus propios pies a recorrer los senderos del mundo.

19 dic 2008

Los ‘iluminados’ del Oeste


Diciembre 19 de 2008

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 Por: Diego Martínez Ll.


 
Diciembre 19 de 2008

Si en sus manos estuviera, los autoproclamados dueños del oeste de Cali habrían construido un muro como el de Berlín para evitar que los habitantes de Aguablanca 'invadan' ese sector de la ciudad. Están convencidos de que porque viven cerca del río Cali, del Parque del Acueducto y del Zoológico, éstos les pertenecen. Por eso, ponen el grito en el cielo cuando surge cualquier iniciativa que ponga en peligro su 'dominio' sobre esos sitios que pretenden disfrutar ellos solitos.

Esos 'dueños' del Oeste, que constituyen una muy reducida, pero muy bullosa, minoría de los habitantes de la zona, andan indignados porque la Cámara de Comercio tuvo la osadía de proponer que se le dé una utilidad a ese terreno ocioso que llaman Parque del Acueducto. No nos digamos mentiras: hoy, ese "nido de cambuches, drogos, violadores y basuras", del que habla Aura Lucía Mera, de parque, sólo tiene el nombre.

Lo que les aterra a muchos de los críticos del Parque del Agua es que los habitantes de Aguablanca, y de otros sectores deprimidos de esa selva de cemento en la que se ha convertido Cali, se atrevan a apropiarse, y a disfrutar, de ese privilegiado sitio. Y para evitar esa 'profanación', los dueños del Oeste proponen hacer el parque en la ribera del río Cauca o en Meléndez. Mejor dicho, bien lejos de su cómoda realidad.

Esa misma élite chinchosa es la que anda furiosa porque el río Cali se ha convertido en el epicentro de la ciudad durante el mes de diciembre, gracias a la iluminación navideña.

Quisieran también que esa iluminación se pusiera bien lejos, en la laguna del Pondaje, por ejemplo, para que esa 'horda' no se tome la Avenida Colombia durante la Navidad. Y ese sentimiento excluyente y egoísta es bien alimentado por la falta de control de las autoridades que cada diciembre se ven sorprendidas por tal avalancha de gente y no han sido capaces de diseñar un plan para que el oeste y el centro de la ciudad no colapsen por cuenta de la iluminación navideña.

Por fortuna, no todos los habitantes del Oeste creemos que esa esquina privilegiada de Cali nos pertenece. Y por eso vemos complacidos que los caleños que viven en sectores donde no se ve ni un árbol puedan disfrutar, así sea por un rato, de ese magnífico río y de esa vegetación exuberante que quienes vivimos allí nos gozamos todo el año.

Tan absurdos como la petición de poner el alumbrado en los extramuros de la ciudad, planteada por algunos 'iluminados' del Oeste, me parecen los cuestionamientos que ciertos remedos de críticos de arte insisten en hacerle a la iluminación navideña. No han podido entender que lejos de tener la pretensión de ser una obra artística, esos 'monigotes' lo que buscan es ser un gancho para que las familias caleñas se reunan en torno al río tutelar, en la época más linda del año.

El veredicto sobre el alumbrado lo da la gente que va a verlo. Y la aglomeración que genera deja muy a las claras cuál es ese fallo.

Para finalizar, una cordial sugerencia para los selectos 'iluminados del Oeste': Beverly Hills, que es el sitio donde merecen vivir, los está esperando. ¡Bien idos!
 

misma élite chinchosa es la que anda furiosa porque el río Cali se ha convertido en el epicentro de la ciudad durante el mes de diciembre, gracias a la iluminación navideña.

Quisieran también que esa iluminación se pusiera bien lejos, en la laguna del Pondaje, por ejemplo, para que esa 'horda' no se tome la Avenida Colombia durante la Navidad. Y ese sentimiento excluyente y egoísta es bien alimentado por la falta de control de las autoridades que cada diciembre se ven sorprendidas por tal avalancha de gente y no han sido capaces de diseñar un plan para que el oeste y el centro de la ciudad no colapsen por cuenta de la iluminación navideña.

Por fortuna, no todos los habitantes del Oeste creemos que esa esquina privilegiada de Cali nos pertenece. Y por eso vemos complacidos que los caleños que viven en sectores donde no se ve ni un árbol puedan disfrutar, así sea por un rato, de ese magnífico río y de esa vegetación exuberante que quienes vivimos allí nos gozamos todo el año.

Tan absurdos como la petición de poner el alumbrado en los extramuros de la ciudad, planteada por algunos 'iluminados' del Oeste, me parecen los cuestionamientos que ciertos remedos de críticos de arte insisten en hacerle a la iluminación navideña. No han podido entender que lejos de tener la pretensión de ser una obra artística, esos 'monigotes' lo que buscan es ser un gancho para que las familias caleñas se reunan en torno al río tutelar, en la época más linda del año.

El veredicto sobre el alumbrado lo da la gente que va a verlo. Y la aglomeración que genera deja muy a las claras cuál es ese fallo.

Para finalizar, una cordial sugerencia para los selectos 'iluminados del Oeste': Beverly Hills, que es el sitio donde merecen vivir, los está esperando. ¡Bien idos!
 


 





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